sábado, 23 de agosto de 2008

domingo, 16 de marzo de 2008

miércoles, 12 de marzo de 2008

Flor dormida

Autor Juan Carlos Grajales Gómez.

Yo te quise siempre toda, todita, niña bonita
al beber el agua de tu bendita fuente ,
buscando en el artilugio de nuestras pasiones
aquello que tu y yo, solo sabemos.

Tus manos, esas pequeñas manos,
recorrieron mis noches sedientas,
cuando yo buscaba en tu alma frágil
la mágica ruta que nos llevaría al cielo.
Esas manos que me daban el pan
son todo lo que yo más anhelo.

Decías que de mí todo lo aprendiste
y floreciste desde las entrañas del suelo,
cuando bajo el cielo fuimos felices
y se mecían en el hilo de mi delgado espíritu
el ardor de mis viejas sensaciones.

Maldito error que confiaras a alguien
la fórmula secreta de nuestro Amor
que tracé en el camino de tu vientre
cuando gemía tu alma hambrienta
desde el desgarrador grito de la vieja flor.

Flor dormida fuiste un día
por abandono de tu sembrador
yo te encontré sin querer y marchita
y prometí cual Cid campeador
regarte con cántaro de fe todos los días
pero el campo seco está y ya no palpita
Flor dormida de vil ensoñación.

Y el punto A........

EL PUNTO A

Cuando la expedición de búsqueda del Punto G estaba volviendo, algunos científicos agregaron, en 1996, una nueva zona vaginal que, supuestamente, produciría rápidamente el orgasmo femenino. Lo llamaron Punto A (A-spot). Estaría ubicado en la misma pared vaginal pero más atrás, a medio camino entre el Punto G y el cuello de la vagina. De acuerdo con un grupo de investigadores la estimulación del Punto A produciría:

* Mayor, más rápida y prolongada lubricación
* Mayor excitación
* Múltiples orgasmos

Las posiciones que favorecerían, durante la penetración, la estimulación de ambos puntos serían:

* la mujer boca abajo y el varón detrás suyo
* colocada la mujer sentada en el borde de la cama y él arrodillado delante
* la mujer en posición como los animales ("more ferarum" = "como las fieras"), también popularmente llamada "del perrito" o "pecorina" (palabra que procede de la palabra "oveja" en italiano) o "picolina"

Si detectan, en la vagina, una zona con mayor sensibilidad erógena bienvenida sea, si ven salir una emisión profusa durante el clímax no se inquieten y disfrútenla, pero no se deberían sentir en menos o en falta "por no encontrar el bendito punto G".

Dr. Adrián Sapetti,
médico psiquiatra y sexólogo clínico,

Punto G, Sabes encontrarlo?

En la década de los 50 el médico alemán Ernest Gräfenberg describió una pequeña zona ubicada en la cara anterior de la vagina (si se hace el tacto podríamos decir que está adelante, a "las menos diez del reloj") cerca de la uretra femenina.

Sería un área que al tacto se nota algo elevada, con mayor sensibilidad erógena y que este médico relacionaba con la eyaculación femenina (un líquido que no es orina ni contiene espermatozoides). Al excitarse, algunas mujeres, en el momento del orgasmo expulsarían este líquido.

Si bien algunos investigadores describen la eyaculación femenina (llegué a ver películas donde mostraban este fenómeno) y colegas brasileños presentaron un trabajo en el Congreso Mundial de Sexología de Hong Kong (1999) donde hablaban de otros puntos similares (Punto A), muchos le restan importancia. El Dr. Gräfenberg (de la primera letra de su apellido viene el nombre de punto G o punto de Gräfenberg) decía que se producía, en algunas mujeres, la expulsión a través de la uretra, de un líquido claro y transparente en el momento culminante del orgasmo sin función lubricante ya que se emite en el final del acto sexual.

Promovidas por lecturas que relacionaban este punto con una mayor facilitación orgásmica, muchas mujeres se propusieron buscarlo obsesivamente, olvidándose que el cuerpo todo puede ser una extendida zona erógena. También es cierto que otras mujeres dicen que se excitan en mayor medida, logrando el orgasmo con facilidad cuando se estimulan (o lo hace su pareja) -además del clítoris- en el interior de la vagina, quizás en el famoso punto.

¿CÓMO ENCONTRARLO?

Si quisieras buscarlo lo más fácil es que te acuestes en la cama con algunas almohadas bajo la pelvis de tal manera que la entrada de la vagina quede elevada (similar a la posición ginecológica); luego que tu compañero lubrique sus dedos y tu vagina, y busque una zona más rugosa ubicada en la pared anterior (recuerda: "a la menos diez del cuadrante de un imaginario reloj"), sin presionar fuerte ni constantemente sino más bien suave y moviendo el dedo de derecha a izquierda y hacia atrás o en círculos: o sea, pasar por el Punto G sin apretar ni concentrarse en él directamente.

Dr. Adrián Sapetti,
médico psiquiatra y sexólogo clínico,